TORONTO – La versatilidad que han brindado José Caballero y Amed Rosario en los Yankees desde que llegaron en julio en cambios desde los Rays y Nacionales, respectivamente, es algo difícil de cuantificar. El manager de Nueva York, Aaron Boone, ha comentado una que otra vez sobre el valor que han brindado ambos con su versatilidad defensiva y su bateo oportuno, entre otras cosas.

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Para el panameño Caballero y el dominicano Rosario, jugar en los Yankees a esta altura de sus respectivas carreras es, para ambos, “un sueño hecho realidad”. Y con la Serie Divisional de la Liga Americana entre Nueva York y Toronto desde el sábado en el Rogers Centre de la ciudad canadiense, continúa el camino hacia lo que ellos esperan sea un anillo de campeón con los Bombarderos del Bronx.

“Increíble. Es un sueño hecho realidad”, dijo Caballero, quien fue canjeado de los Rays a los Yankees el 31 de julio en la Fecha Límite de Cambios. “Siempre me imaginé estar ahí, ¿no?

“Estupendo”, continuó el istmeño. “Es fácil acoplarse con este grupo de muchachos que hay aquí. Lo han hecho súper sencillo. El soporte que nos damos uno al otro es algo grande”.

De su parte, Rosario fue enviado de los Nacionales a los Yankees el 26 de julio, como parte de los esfuerzos de Nueva York de crear una mayor flexibilidad en el cuadro interior… y ante la falta de producción de figuras como DJ LeMaheiu y Anthony Volpe.

“Se siente bastante bien, ¿tú sabes?”, comentó Rosario, quien también jugó en Nueva York con los Mets para iniciar su carrera en Grandes Ligas del 2016 al 2020. “Éste es un equipo que yo desde niño he venido viendo. Es un equipo franquicia, como se dice. Un equipo que tiene muchas superestrellas. Un equipo de muchos éxitos, mucha historia. Y sentir que he podido aportar mi granito de arena se siente bastante bien”.

Eso mismo han hecho ambos. Más allá de sus aportes con el madero (.303/.303/.485 de Rosario y .266/.372/.456 de Caballero en la recta final de la temporada regular), este dúo le ha brindado una versatilidad bien valiosa a la hora de formar una alineación en un día determinado. Cuando se habla de la lesión de Aaron Judge en agosto, la falta de eficacia de Giancarlo Stanton en los jardines, la falta de bateo de LeMahieu (dejado en libertad), los problemas físicos y en el plato de Volpe y la incomodidad de Jazz Chisholm en la tercera base, Caballero y Rosario han podido ser la respuesta en un sinnúmero de situaciones.

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Ahora Ryan McMahon – adquirido de los Rockies también en julio – puede jugar en la tercera, con Chisholm ya en la intermedia. Pero Caballero y Rosario han jugado en la antesala, el campo corto, la segunda base, (un período de Caballero sustituyendo a Volpe), el bosque izquierdo, el jardín derecho y hasta la pradera central.

“Contento, ¿no? Porque puedo brindarle esa versatilidad al equipo”, dijo Caballero al tocar el tema. “Le brindo flexibilidad a la hora de hacer un roster, a la hora de la toma de decisiones también. Facilito el trabajo, entonces… encantado con lo que vengo haciendo y con lo que puedo aportar al equipo”.

Rosario enfatizó ese “granito de arena” que mencionó más que todo el jueves, cuando empujó la primera carrera de la victoria de los Yankees sobre los Medias Rojas en el decisivo Juego 3 de su Serie del Comodín en el Yankee Stadium. En particular, ha sido un mago contra el pitcheo zurdo, bateando .302/.328/.491 en esa situación.

Y claro, al igual que Caballero, llegó Rosario a los Yankees desde un equipo sin aspiraciones algunas en el 2025.

“Siempre voy a estar agradecido con cada equipo que me ha dado la oportunidad”, dijo Rosario. “Son cosas que pasan. Al final, uno gana y uno pierde. Pero uno siente un poquito de alivio cuando a uno lo cambian a un equipo que sí está en la pelea. Se siente bien que un equipo en la pelea le den ese valor”.