TORONTO — Un partido que termine con marcador de 3-1 puede parecer algo rutinario si uno no ve las acciones desde el principio hasta el final. En el Juego 6 de la Serie Mundial el viernes en el Rogers Centre entre los Dodgers y los Azulejos, lo sucedido quedará en el recuerdo de muchos fanáticos — de Los Ángeles, de Toronto y de todo el mundo.

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Con 6.0 entradas de una sola carrera de Yoshinobu Yamamoto — quien concluyó su actuación en este Clásico de Otoño con 15.0 capítulos de dos anotaciones – más un turno masivo de Mookie Betts, una gran defensa del venezolano Miguel Rojas en la segunda base, una jugada heroica del puertorriqueño Enrique “Kike” Hernández y un relevo inesperado de Tyler Glasnow, los Dodgers lograron esa victoria de 3-1 el viernes para empatar esta Serie Mundial a tres triunfos por bando y obligar el primer Juego 7 de la gran final desde el 2019.

“Pienso que nos tenemos que sentir orgullosos”, dijo Rojas, quien tenía unas tres semanas sin iniciar un partido e hizo cuatro destacadas jugadas el viernes, culminadas con un gran manejo de un disparo de Hernández — quien atrapó una línea del venezolano Andrés Giménez — para doblar en la segunda almohadilla y doblar a Addison Barger para ponerle fin al encuentro. “Todo el mundo debería sentirse orgulloso, obviamente, por la participación que hemos tenido. Tenemos una oportunidad (el sábado) de ganar nueve innings más y ser campeones de la Serie Mundial una vez más. Ésa es la meta ahora mismo”.

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Efectivamente, los Dodgers, ganadores del Clásico de Otoño del 2024 sobre los Yankees, tendrán la oportunidad el sábado en el Juego 7 para convertirse en el primer bicampeón de Grandes Ligas desde los Bombarderos del Bronx de 1998 al 2000. El lanzador de los Azulejos para ese partido será el veterano Max Scherzer. Y por Los Ángeles, los informes indican que será Shohei Ohtani como opener, tras el derecho Tyler Glasnow hacer tres pitcheos para adjudicarse el salvamento el viernes.

“Me siento muy bien”, dijo el manager de los Dodgers, Dave Roberts. “No creo que esa presión ni ese momento vaya a quedarnos grande. Tenemos que salir a ganar un juego. Lo hemos hecho durante todo el año”.

Para que eso fuera posible, una de las mayores estrellas de los Dodgers, Mookie Betts, tuvo que responder después de haber bateado de 42-6 en sus ocho partidos anteriores. En la tercera entrada del Juego 6, Betts dio sencillo empujador de dos carreras que terminaron siendo la diferencia a favor de Los Ángeles.

Después de eso, el relevo de Justin Wrobleski, Roki Sasaki y finalmente Glasnow se encargaron del resto — con la ayuda de un doble por reglas de Addison Barger que le costó al menos una carrera a Toronto y luego la brillante jugada de Hernández y Rojas que envió a todos a casa esperando un decisivo Juego 7.

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“Pensaba que no había chance, pero Kike tuvo un brinco increíble”, comentó Rojas sobre esos últimos dos outs, jugada en que el tiro del boricua a la segunda base fue bastante incómoda para Rojas, quien una vez más demostró su destreza con las manos. “Yo no sé si otro left field hacía esa jugada tan fácil.

“Mi obligación era agarrarla y gracias a Dios, se quedó en el guante y pudimos terminar ahí”.

Rojas estaba en la alineación porque Roberts decidió volver a sentar al jardinero cubano Andy Pagés, pero en esta ocasión no puso a Alex Call, sino que movió a Tommy Edman de la intermedia al bosque central y le dio a Rojas su primer tiempo de juego en mucho tiempo.

“Miggy jugó una gran segunda base e hizo unas jugadas enormes”, dijo Roberts.

Queda por verse si se verá la misma alineación el sábado que el viernes, con Rojas en la segunda base. Lo que sí se sabe es que habrá un Juego 7. En series al mejor de siete, el ganador del Juego 6 como visitante ha llegado a eliminar a su contrincante en 14 de 22 ocasiones (el 63.3%).

“No podría estar más emocionado”, expresó Roberts. “Esto es Juego 7”.