TORONTO — Cal Raleigh no podía decirlo públicamente en ese momento durante el Día de Medios del Juego de Estrellas en Atlanta.
Pero mientras el receptor de los Marineros abrazaba a Eugenio Suárez unas horas antes de su triunfo en el Festival de Jonrones —Raleigh con su camiseta azul marino de visitante con “Seattle” al frente, y Suárez con el uniforme blanco de local de los Diamondbacks—, el catcher de los Marineros le dijo a su excompañero algo que, tres meses después, parece sacado de un sueño.
“Tenemos tu viejo casillero listo para ti”, le dijo Raleigh a Suárez en aquella calurosa tarde en Georgia.
El regreso de Suárez ha ofrecido muchos momentos de círculo completo en esta mágica temporada de los Marineros, comenzando con el sorpresivo vuelo de regreso a casa horas después del mega cambio acordado al cierre del periodo de cambios, y culminando con su grand slam en la octava entrada el viernes.
Tal vez aún falte más por contar.
El enorme batazo de Suárez llegó justo después de que Raleigh empatara el juego con su propio vuelacercas altísimo, coronando un racimo de cinco anotaciones que dejó atónitos a los Azulejos y empujó a los Marineros al borde de avanzar en esta Serie de Campeonato de la Liga Americana.
Que Seattle lograra una victoria improbable en medio de la máxima tensión de octubre ya era poético en sí, especialmente frente a una afición local que llevaba años hambrienta de gloria. Pero hacerlo a través de los dos jugadores que más han conectado con la región de Puget Sound parece sacado de un guión de Hollywood.
- Sección Especial: Postemporada 2025
“Este juego es hermoso, y también es difícil”, dijo Suárez. “Uno sólo tiene que seguir adelante. Hay que trabajar duro, nunca rendirse, nunca dudar de uno mismo y no presionarse demasiado. Porque cuando uno se esfuerza en exceso, es cuando los resultados no llegan. Yo, en especial, soy de los que creen en lo que puedo hacer, dejo todo en el terreno y siempre espero tener buenos resultados”.
Y así volvemos a aquel reencuentro entre Raleigh y Suárez en Atlanta.
Ese intercambio fue apenas 16 días antes de que el gerente general de los Marineros, Justin Hollander, concretara uno de los cambios que podrían definir la historia de la franquicia: traer de vuelta a Seattle al querido Suárez.
Todos en Atlanta sabían que era una posibilidad, dado que los Marineros necesitaban un impulso ofensivo y una solución clara para reforzar la tercera base.
Además, internamente, el club estaba listo para ser uno de los más audaces del béisbol en la fecha límite, con Raleigh en medio de una temporada histórica, una división al alcance y un sistema de ligas menores lleno de prospectos para cambiar por las piezas adecuadas.
Pero en ese momento, el mercado de Suárez también era de los más codiciados, al ser quizás el bateador más buscado disponible, con sus 31 jonrones en la primera mitad ubicándolo cuarto en toda MLB. Y había un componente emocional, ya que cambiar a Suárez a Arizona durante la temporada muerta 2023-24, marcada por las restricciones presupuestarias, seguía siendo una espina para Hollander y el presidente de operaciones de béisbol, Jerry Dipoto.
“Uno de los cambios que menos me ha gustado”, dijo Dipoto en julio. “Amo a Geno. Todos lo hacemos. Fue un jugador clave para nosotros durante dos años, y mejor aún como persona: un líder. Y tenía un contrato bastante accesible para lo que ofrecía. Pero tomas decisiones según la situación. Y si hubiéramos podido llamar para deshacerlo después de las Reuniones Invernales… eso habría sido ideal, pero así no funciona esto”.

En cuanto al casillero vacío que lo esperaba, Raleigh no mentía: nadie lo había ocupado.
Ese espacio es el primero al ingresar al clubhouse local en el T-Mobile Park, lo cual parece apropiado considerando que Suárez siempre ha sido uno de los jugadores más expresivos cuando se trata de este entorno. A todo aquel con quien se cruza lo saluda con la misma energía contagiosa: una guiñada, un puño, una palmada en la espalda y esa sonrisa inconfundible, ya sea un compañero, un utilero, un coach o incluso un miembro de la prensa.
Todo eso ha llevado el regreso de Suárez a un nivel de cuento de hadas.
Y ningún momento encapsuló mejor esa emoción que cuando se sentó en la mesa de prensa tras el juego del viernes al borde de las lágrimas, acompañado por sus hijas, Nicolle y Melanie. Ambas también se sentaron en su regazo en 2022, también en los playoffs y también contra estos mismos Azulejos, cuando los Marineros avanzaron en la Serie del Comodín de la Liga Americana.
¿Fue este el momento más emotivo que ha vivido el jugador de 34 años en un terreno de juego?
“Para ser honesto, quiero decir que sí”, expresó Suárez. “He tenido muchos momentos hermosos en mi carrera, pero lo de hoy es distinto. Conectar ese grand slam y ayudar a mi equipo a ganar en la postemporada, un juego grande aquí frente a nuestros fanáticos. Ellos han esperado mucho tiempo, y yo también. He esperado este momento toda mi carrera”.
Hablando de 2022: En aquel entonces, Raleigh apenas vivía su primera temporada completa y estaba lejos de ser el portavoz del clubhouse que es hoy. Ese rol lo tenía Suárez, quien llegó vía cambio en los entrenamientos primaverales desde Cincinnati e hizo un impacto inmediato —por su gran defensa, su poder con el madero, y más que nada, por su lema de “Good Vibes Only”, que definió esa campaña.
Hay algo intangible en la personalidad de Suárez que resuena con todos, tanto así que su frase está plasmada en luces de neón en el túnel del clubhouse que va del vestidor al dugout. Ese adorno fue instalado antes de la temporada 2023, cuando los Marineros se preparaban para ser anfitriones del Juego de Estrellas, y está junto a los lemas que marcaron las postemporadas del club.
Está “Sodo Mojo” por 1995, “Refuse To Lose” por 2001, y “Seize The Moment”, que se agregó recientemente en el área de jugadores, después de que el equipo asegurara el banderín del Oeste de la Liga Americana en 2025. “Good Vibes Only”, sin embargo, es probablemente el más vinculado a un jugador en particular.
Suárez repitió esas tres palabras una y otra vez durante su conferencia de presentación en el complejo de Peoria, Arizona, un día después del cambio en 2022. Y se esparcieron como pólvora, impulsadas por una temporada especial en la que los Marineros rompieron la sequía de postemporada más larga en los deportes profesionales de Norteamérica.
Esta carrera del 2025, sin embargo, es literalmente algo que Seattle nunca ha visto: los Marineros son el único equipo de MLB que nunca ha llegado a la Serie Mundial, y ahora están a una victoria de lograrlo.
Y llegaron hasta este umbral en el Juego 5 sobre los hombros de Suárez, quien está exactamente donde siempre ha pertenecido.
Fuente: MLB.com
