Cada otoño, los héroes del béisbol nacen bajo las brillantes luces de octubre. Para unas pocas familias, esos momentos de gloria en la postemporada se han extendido a través de generaciones.
Cuando el dominicano Vladimir Guerrero Jr. conectó un jonrón para los Azulejos contra los Yankees en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Americana del 2025, él y su papá, miembro del Salón de la Fama, se unieron a un club exclusivo de dúos de padre e hijo en dar cuadrangular en los playoffs.
Aquí un vistazo a los seis dúos de padre e hijo que lo han logrado. (El año en que cada pareja se unió a la lista se indica entre paréntesis).
Vladimir Guerrero y Vladimir Guerrero Jr. (2025)
Los Guerrero ya han asegurado su lugar entre los legendarios dúos de padre e hijo del béisbol, pero su legado compartido continúa creciendo. El último capítulo llegó en la SDLA del 2025, cuando el joven Guerrero conectó el primer bambinazo de su carrera en playoffs con un bambinazo solitario en el Juego 1, antes de añadir un grand slam en el Juego 2.
Veintiún años antes, Vlad Sr. tuvo la oportunidad de experimentar el béisbol de postemporada por primera vez como miembro de los Angelinos, recién salido de una temporada regular del 2004 que le valdría los honores de JMV de la L.A. Aunque los Angelinos fueron barridos por los Medias Rojas en la SDLA de ese año, Guerrero dejó su huella en la serie con un grand slam para empatar el juego hacia el jardín derecho-central en la séptima entrada del Juego 3 en el Fenway Park, el primero de dos vuelacercas de playoffs en su carrera de Salón de la Fama.
Los Guerrero colectivamente son únicos en su clase en este sentido: Ninguna otra pareja de padre e hijo cuenta con múltiples jugadores con un grand slam en postemporada.
Cecil Fielder y Prince Fielder (2008)
Los Fielder fueron ambos imponentes cañoneros en su época, cada uno terminando con exactamente 319 bambinazos en la temporada regular y registrando múltiples resultados entre los tres primeros en la votación del JMV. Ambos también registraron varios cañonazos en playoffs.
Cecil conectó sus tres en la postemporada durante una impresionante carrera en octubre con los Yankees en 1996, produciendo un promedio de .308 y 14 carreras impulsadas junto con su trío de jonrones mientras Nueva York lo ganaba todo. Prince terminó su carrera en playoffs con un promedio de bateo por debajo de la Línea Mendoza, pero logró despachar cinco cuadrangulares en octubre.
Atanasio «Tany» Pérez y Eduardo Pérez (2002)
Piedra angular de la «Gran Maquinaria Roja» de Cincinnati, el cubano «Tany» Pérez ayudó a los Rojos a dominar la L.N. durante la década de 1970, un período que llegaría a definir su carrera de Salón de la Fama. Pérez conectó cinco jonrones de postemporada para los Rojos, que ganaron cuatro banderines y dos títulos de Serie Mundial entre 1970-76.
El joven Pérez es más conocido por sus hazañas como comentarista, pero tuvo una carrera de 13 años como jugador que lo vio unirse a su padre en la columna de jonrones de postemporada. Su único batazo en playoffs llegó como bateador emergente para los Cardenales en el Juego 2 de la SDLN del 2002, marcando su único hit de postemporada en seis veces al bate.
Julián Javier and Stan Javier (2001)
Los dominicanos son fácilmente la dupla más improbable de esta lista. Ninguno era conocido por su poder —Julián conectó 78 jonrones en 13 temporadas en MLB, mientras que Stan sólo se voló la cerca 57 veces en 17 campañas de Grandes Ligas— pero cada uno logró dar un cuadrangular una vez en los playoffs.
El único bambinazo de Stan en postemporada llegó en uno de los últimos juegos de su carrera, como un jugador de 37 años para los Marineros en el Juego 2 de la SCLA del 2001 contra los Yankees, 34 años después de que su padre conectara uno de tres rayitas para los Cardenales para abrir la pizarra en el Juego 7 de la Serie Mundial de 1967 contra los Medias Rojas.
Bob Boone y Bret Boone (1995) / Aaron Boone (2003)
Por supuesto que los Boone están en esta lista; la familia es una dinastía del béisbol, produciendo cuatro ligamayoristas en tres generaciones. Mientras que Ray Boone sólo tuvo una vez al bate en la postemporada, ponchándose como bateador emergente contra el futuro Salón de la Fama Warren Spahn en la Serie Mundial de 1948, su hijo Bob fue una figura constante en octubre para los Filis y más tarde para los Angelinos a finales de los 70 y principios de los 80. Bob terminó su carrera con un promedio de .311 y dos cañonazos en 36 partidos de playoffs, ganando una Serie Mundial con Filadelfia en 1980.
Dos de los hijos de Bob, Bret y Aaron, también disfrutaron de largas carreras en Grandes Ligas que les brindaron la oportunidad de brillar en el escenario de la postemporada. Bob y Bret se convirtieron en el primer dúo de padre e hijo en la historia en dar jonrón en la postemporada cuando Bret conectó su primer bambinazo en playoffs (uno de tres en su carrera) para los Rojos en el Juego 3 de la SDLN de 1995. Los Boone volvieron a entrar en la lista en el 2003, cuando Aaron produjo uno de los batazos más icónicos en la historia de la postemporada: un cañonazos para dejar en el terreno y ganar el banderín para los Yankees (el equipo que actualmente dirige) en el Juego 7 de la SCLA contra sus rivales, los Medias Rojas.
Fuente: MLB.com