CLEVELAND — El Progressive Field estaba vibrando en el octavo inning el jueves mientras José Ramírez se dirigía hacia la segunda base. El rodado de rutina de la superestrella de los Guardianes impulsó dos carreras gracias a un tiro que no pudo tomar el relevista de los Tigres, Will Vest.
Ramírez fue puesto out para finalizar el episodio, pero ayudó a los Guardianes a reducir su déficit a tres y a energizar un estadio donde podía palparse el nerviosismo.
Su esfuerzo simbolizó una temporada llena de altibajos, y un tema constante.
Estos Guardianes se negaron a rendirse, incluso cuando las probabilidades estaban en su contra. Su actitud de nunca claudicar definió un septiembre memorable, que culminaron con un histórico campeonato divisional. Pero la magia de Cleveland se agotó el jueves.
Con una derrota por 6-3 ante los Tigres en el Juego 3 de la Serie del Comodín de la Liga Americana, los Guardianes quedaron eliminados de la postemporada.
“Duele que termine de esa manera”, dijo el mánager Stephen Vogt. “No podría estar más orgulloso de ellos, de lo que logramos. Pero no es suficiente. Queremos más, y creo que ese es realmente el mensaje: ‘Dejen que esto duela’”.
Hubo muchas oportunidades para que los Guardianes se rindieran en una temporada que, en cambio, culminó con una de las remontadas más grandes en la historia del béisbol. Cleveland tuvo problemas durante los primeros meses del 2025, luego pasó por una racha de 10 derrotas antes del Juego de Estrellas que los hundió por debajo de .500.
En julio, vieron a dos jugadores ser colocados en licencia administrativa debido a investigaciones en curso de MLB, incluido el estelar cerrador dominicano Emmanuel Clase. Soportaron una racha de 1-9 en agosto y estuvieron por debajo de .500 tan recientemente como el 4 de septiembre.
A pesar de toda la confusión, los Guardianes resurgieron en septiembre para asegurar el Centro de la Liga Americana. Se convirtieron en el primer equipo en superar un déficit de 15.5 juegos para ganar su división (desde 1969) o su liga (antes de 1969). Estuvieron a una victoria de seguir escribiendo una historia improbable sacada de un guión de película.
“Solo hay un equipo que está feliz al final del año”, apuntó el receptor Austin Hedges. “Veintinueve equipos están decepcionados de una forma u otra. Tenemos mucho de qué estar orgullosos con lo que hicimos y lo que superamos durante la temporada regular para darnos una oportunidad”.
“El sentimiento predominante es de devastación, porque todos en este equipo pasaron juntos por los momentos bajos y los altos”, dijo el abridor del Juego 3, Slade Cecconi, sobre el final de la temporada. “Y los bajos y los altos de este año fueron tan extremos como se puedan crear. Que se detenga tan rápido se siente terrible.
“Pero incluso con esos sentimientos, no quieres perder de vista lo que hicimos y lo que logramos desde donde estábamos”.
Los Guardianes se quedaron cortos de donde terminaron el año pasado, cuando fueron eliminados en el Juego 5 de la SCLA, pero al mismo tiempo merecen crédito por llegar tan lejos. Y hay razones para la esperanza de cara al invierno. La ‘Fábrica de Pitcheo’ de Cleveland resurgió con toda su fuerza, ya que un staff de seis hombres impulsó a los Guardianes rumbo a octubre. La rotación, que era un gran interrogante hace un año, es la columna vertebral del equipo de cara a la temporada muerta.
El bullpen dio un paso adelante a pesar de perder a Clase, incluyendo a Cade Smith cuando se movió al rol de cerrador. Los Guardianes llegaron tan lejos a pesar de una ofensiva que batalló durante largos tramos esta campaña, incluso con otro año excelente de Ramírez en su camino hacia Cooperstown.
Hay mucho tiempo por delante para evaluar lo que puede estar en la lista de tareas pendientes de Cleveland para el invierno, pero no es ningún secreto que reforzar la alineación debe estar en la cima.
Cleveland puede consolarse con los avances del receptor Bo Naylor, quien emergió en la recta final después de un año difícil en el plato, y el venezolano Brayan Rocchio, quien regresó tras ser bajado a Triple-A en julio como un bateador diferente y volvió a brillar en los playoffs.
Los jóvenes como Chase DeLauter, George Valera y C.J. Kayfus ni siquiera estuvieron en las Mayores hasta agosto, y cada uno ya tiene experiencia de postemporada en su haber.
“Obviamente, uno se siente mal. No quieres irte a casa tan temprano”, declaró Ramírez. “Pero tienes que mantener la cabeza en alto y tienes que seguir trabajando y volver más fuerte, porque sabes que el objetivo sigue siendo el mismo”.
Después de la derrota, los miembros de los Guardianes se sentaron juntos en el clubhouse, empacando para la temporada baja. El grupo se verá diferente la próxima campaña, de alguna manera. Esta fue una de las últimas oportunidades en que pudieron estar juntos.
“Estamos cerca. Estamos muy cerca”, recordó Vogt. “Aún no llegamos. Hay cosas que necesitamos mejorar. Hay cosas en las que necesitamos ser mejores. Pero el tema principal es que estoy muy orgulloso de ese grupo por no rendirse”.
Fuente: MLB.com