DETROIT — Troy Melton estaba calentando en el bullpen de los Tigres cerca de la esquina del jardín izquierdo del Comerica Park cuando el puertorriqueño Javier Báez le hizo swing al slider de Gabe Speier y conectó un largo elevado justo por la línea en el quinto episodio. Su primera reacción fue como la de todos los demás.
“Pensé que se había ido”, dijo Melton. “‘Aquí vamos’, me dije”.
- Sección Especial: Postemporada 2025
El coach de tercera base de Detroit, el boricua Joey Cora estaba casi en territorio bueno a mitad de camino por la línea de tercera mientras la pelota se elevaba hacia el poste de foul. Kerry Carpenter corrió del círculo de espera al home plate, con su brazo derecho extendido.
Todos pensaron que este era el momento de Javy. Dado su historial, es difícil culparlos.
“Simplemente se crece en el momento”, dijo el mánager A.J. Hinch después de la victoria de los Tigres por 9-3 sobre los Marineros en el Juego 4 de la SDLA el miércoles. “A Javy le encantan estos grandes juegos, estas grandes multitudes, estas oportunidades de hacer algo grandioso”.
Mientras la pelota se desviaba de foul, Cora puso sus manos en su casco. Báez, por su parte, nunca perdió la calma.
“Conseguí mi lanzamiento”, dijo Báez, “y le pegué un poco demasiado fuerte, y se fue de foul”.
Parecía un destino denegado. Sólo fue retrasado.
En otro año, Báez podría haber seguido un gran swing con otro, tal vez perseguido un lanzamiento demasiado lejos. Speier parecía tener esa posibilidad en mente cuando tiró su siguiente envío a la tierra.
“No es fácil, honestamente, cuando conectas un batazo así que sale de foul”, reveló Báez. “Probablemente 90 por ciento [de las veces], te ponchas. Pero mantuve mi plan y me mantuve por el medio, y eso es exactamente lo que pasó y lo que estaba tratando de hacer”.
Lo que siguió fue un vistazo a este Javy de postemporada más pragmático, el bateador de contacto que está tan feliz con un swing corto y un sencillo remolcador como con un cuadrangular gigantesco. Al no hacer swing a rdr slider en la tierra, llevó a Speier a desafiarlo con una recta a 94.9 mph en la esquina de afuera. Báez no solo hizo contacto, sino que le pegó de línea por el medio para traer a Jahmai Jones desde tercera.
“Traté de mantener mi plan de simple”, siguió Báez. “Me retó con la recta, y yo estaba listo para eso”.
No fue un jonrón para irse arriba, pero el sencillo para empatar el juego recibió de cualquier forma grandes aplausos de un público del Comerica Park que llegó a abuchear a Báez en años pasados. Ahora, el cariño por su renacimiento ha hecho que su nombre sea casi tan popular en los cánticos como el de Jared Goff, el quarterback de los Leones de la NFL… ok, tal vez no tan popular.
La multitud rápidamente coreó su nombre: “¡Ja-vy! ¡Ja-vy!”.
“Creo que eso me pone más nervioso que los abucheos, honestamente”, aseguró Báez, con sus dos hijos pequeños a su lado en el podio después de la victoria que salvó la temporada de Detroit.
Báez se ha convertido en un catalizador para los Tigres esta postemporada. Lleva de 26-9 con cinco carreras impulsadas, una menos que el líder del equipo, Spencer Torkelson. Su defensiva en el campocorto ha sido un factor X en la defensa general de Detroit. La rápida forma en la que tocó al dominicano José Ramírez para cortar un ataque de los Guardianes en el Juego 3 de la Serie de Comodines en Cleveland es una gran razón por la que los Tigres están aquí. Su habilidad para mantenerse disciplinado cuando el momento lo requiere y poner la pelota en juego podría ser un factor importante para Detroit en el Juego 5 la noche del viernes.
Después de que tuvo que ver la carrera de los Tigres la postemporada pasada desde la banca tras una cirugía en la cadera, es un momento bien merecido.
“Es muy gratificante verlo jugar con algo de alegría”, dijo Hinch. “Ha tenido que soportar mucho, ya sea la frustración al comienzo de sus días en los Tigres, a la lesión y perderse lo que fue una temporada increíble el año pasado, a este año, los altibajos, la nominación al All-Star, a tener un pequeño bajón en la segunda mitad, incluso a [quedar] fuera de la alineación y ser sustituido por un emergente, a ahora ser una parte enorme de la parte baja de nuestro orden…
“Nuestra mejor versión es con él haciendo algunas cosas bastante impactantes, y sé el trabajo que hay detrás de esto. Sé cuánto importa, y eso lo hace aún más gratificante”.
También gratificante: Báez dio su jonrón después de todo, una entrada después de su largo batazo de foul. Y cuando Eduard Bazardo colgó un slider sobre el home, Báez no tuvo que verlo volar por la línea. La pelota voló hacia los asientos del jardín izquierdo mientras los aficionados volvían a ovacionar al boricua.
“Solo trato de controlarme”, dijo Báez. “Como ustedes saben, tengo un swing grande, así que solo trato de hacerlo lo más tranquilo que puedo y controlar mis emociones durante el momento”.
De esa forma, completó su primer juego de postemporada con un hit, una carrera impulsada y una base robada desde el Juego del Comodín de la Liga Nacional en el 2018 (no era una serie en ese entonces) entre los Cachorros y los Rockies.
Todavía podría tener más reservado en el tanque.
Fuente: MLB.com