DETROIT – Parte del trabajo de un manager de Grandes Ligas, o de casi cualquier líder, es encontrar orden y perspectiva en medio de lo que parece ser un caos. Presentar un camino lógico a través de la oscuridad, y otros te seguirán. Mientras los Tigres luchaban por procesar la derrota del sábado ante Atlanta, un juego que estuvo a un lanzamiento de poner fin a la racha de derrotas de Detroit, A.J. Hinch mostró el camino a seguir.
“Esto está desgastando a estos muchachos”, comentó Hinch. “No es una preocupación por el trabajo o las conversaciones o el ambiente o la vibra. Es una preocupación por los resultados, y estos chicos lo saben. Yo quiero a estos muchachos. Voy a seguir respaldándolos por todo lo bueno que hemos hecho y todo lo bueno que podemos hacer”.
“A pesar de todo esto, de lo miserable que ha sido este viaje por un corto período de tiempo, ¿adivinen quién controla nuestro propio destino? Sólo tenemos que salir y jugar”.
Un día y otra derrota después, Hinch redobló la apuesta.
“No veo a mis muchachos rindiéndose. No los veo caídos. No los veo quejándose. No los veo cediendo. Y no deberíamos hacerlo”, afirmó Hinch. “Voy a recordarles a todos que somos un equipo de primer lugar. Y ahora mismo, es difícil para todos vernos de esa manera por cómo fue la última semana”.
“Vamos a despertar en el primer lugar, con nuestro destino controlado por nosotros, contra un equipo que ha estado tan encendido como se puede estar en el béisbol. ¿Y nos toca jugar contra ellos en una serie de tres partidos? Acepto el reto”.
A los Tigres les ha costado recrear no sólo la urgencia de su increíble racha de final de temporada el año pasado, sino también el sentimiento de “nosotros contra el mundo” que les permitió desafiar los pronósticos y llegar a la postemporada, y que luego los impulsó en la Serie del Comodín para vencer a un equipo de los Astros que había avanzado a la Serie de Campeonato de la Liga Americana en siete temporadas consecutivas.
“Este año, tenemos hambre”, aseguró Spencer Torkelson la semana pasada, “pero es más difícil encontrarla cada día”.
Mientras se dirigen a Cleveland para tres juegos contra los Guardianes que probablemente determinarán al campeón de la Central de la Liga Americana, ya tienen esa urgencia. Para un equipo que aparentemente se ha estado preparando para la postemporada desde la Fecha Límite de Cambios, la postemporada empieza ahora. Y por la forma en que han ido las últimas semanas, las proyecciones actuales no son exactamente favorables para los Tigres.
Las proyecciones de playoffs de Baseball Prospectus (66.8%), Fangraphs (64%) y Baseball Reference (59.4%) todavía favorecen a los Tigres para ganar la división, pero no con tanta fuerza como hace una semana. Todas proyectan que Detroit terminará con 88-74, un juego por delante de Cleveland, diciendo esencialmente que se esperaría que ambos equipos tuvieran marca de 3-3 esta semana, a pesar de que los Tigres tienen un calendario restante más difícil. Pero considerando que los Guardianes barrieron a los Tigres en Detroit la semana pasada, no es fácil encontrar gente que espere un cambio de rumbo de los Tigres, aunque el equipo visitante ha ganado nueve de los 10 partidos entre ambos equipos en lo que va de temporada.
Aquí es donde los Tigres pueden trazar un paralelismo con la temporada pasada. Al igual que en la Serie del Comodín del año pasado en Houston, salen a la carretera para lo que es efectivamente una serie al mejor de tres. Y tienen a Tarik Skubal abriendo el Juego 1, tratando de marcar la pauta y darles una oportunidad si logran producir una o dos carreras a duras penas contra Gavin Williams o, como hicieron cuando Skubal y Williams se enfrentaron en Cleveland el 6 de julio, llegar al bullpen de los Guardianes.
Si ganan el martes con Skubal, quien ha permitido una carrera en 22 entradas contra Cleveland este año, no sólo la ventaja de Detroit en la división crecerá a dos juegos, sino que la presión que aparentemente se ha centrado en los Tigres durante las últimas semanas se trasladará a un equipo de los Guardianes que ha estado jugando sin nada que perder.
Irónicamente, así es como los Tigres tienen que jugar. El camino para salir de su mala racha de septiembre es el camino que forjaron el año pasado. Pero tienen que lanzarse a ello a toda velocidad.
Aquí están los posibles escenarios al salir de Cleveland:
- Si los Tigres ganan los tres juegos, asegurarían la Central, manteniendo una ventaja de cuatro partidos con tres por jugar.
- Si los Tigres ganan dos de tres, se dirigirían a Boston todavía controlando su destino, necesitando cualquier combinación de dos victorias sobre los Medias Rojas (que luchan por el Comodín) o dos reveses de los Guardianes ante los Rangers, que visitan Cleveland este fin de semana.
- Si los Tigres pierden dos de tres, la Central de la L.A. estaría empatada de cara al último fin de semana, pero los Guardianes tendrían el criterio de desempate basado en los enfrentamientos directos en la serie de la campaña. Por lo tanto, Detroit necesitaría ganar en Boston y recibir ayuda.
- Si los Tigres son barridos, todavía estarían matemáticamente vivos. Pero con un déficit de dos juegos y el criterio de desempate en su contra, necesitarían ganar todos sus juegos restantes y esperar que los Guardianes de alguna manera sean barridos. Cualquier derrota de los Tigres o victoria de los Guardianes durante el fin de semana amarrarían la Central para Cleveland y dejaría a los Tigres esperando un puesto de Comodín.
Fuente: MLB.com