
WASHINGTON — Antes de salir al terreno junto al cuerpo de coaches vistiendo el legendario número 21, el coach de bullpen de los Nacionales, el puertorriqueño Ricky Bones, seleccionó cuidadosamente lo que iba a usar para los calentamientos previos al encuentro el lunes por la tarde.
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Bones eligió una camiseta y una gorra especiales que mostraban un significado personal para él. El lunes era el Día de Roberto Clemente, y Bones quería reconocer a su ícono del béisbol.
“Fue alguien que abrió la puerta para todos nosotros, no sólo para los puertorriqueños, sino para todos los latinos”, comentó Bones. “Era un héroe, un ídolo. Lo que hizo en el terreno fue muy importante para nosotros. Pero más significativamente, lo que hizo por nosotros fuera del terreno, dando un ejemplo y enseñándonos a ser mejores personas, y a aprovechar el hecho de estar en uniforme y ser capaces de transmitir no solo el juego, sino el aspecto humano”.
Creciendo en Guayama, Puerto Rico, Bones escuchaba historias del legendario Clemente de su padre, Rey, quien había jugado con Clemente en San Juan. Las conversaciones resonaron en Bones mientras seguía su carrera profesional en el béisbol.
“Siempre querías ser como él”, continuó Bones. “Querías lanzar duro, querías batear duro, querías correr duro, y siempre vestir ese uniforme con orgullo, con presencia, con carácter. Eso se me quedó grabado”.
Bones vivía a menos de una hora de Carolina, de donde era Clemente. Como aspirante a jugador de béisbol, se emocionaba cuando tenía un juego allí.
“Siempre esperábamos con ansias ir a jugar a Carolina porque allí estaba el terreno de Clemente”, recordó Bones. “Tratábamos de emularlo y estar cerca de los grandeligas. Queríamos ser como Clemente. Queríamos llegar a las Grandes Ligas. Queríamos impactar a los niños e impactar el juego al mismo tiempo que hacíamos nuestro sueño realidad”.

Bones cumplió sus metas en las Grandes Ligas con una carrera de 11 años entre 1991 y 2001. Fue convocado al Juego de Estrellas en 1994, y tuvo un récord de 63-82 con una efectividad de por vida de 4.85 en 1,278.1 innings.
Bones se dedicó a entrenar después de su carrera como jugador. Se unió al personal de Grandes Ligas de los Nacionales en el 2022. Además, Bones fue el coach de pitcheo del Equipo de Puerto Rico en los Clásicos Mundiales de Béisbol del 2013 y 2017, así como de los Cardenales de Lara y los Tiburones de La Guaira en la Liga Venezolana de Béisbol Profesional.
En estos roles de entrenador, Bones comparte el legado de Clemente con sus lanzadores. Enfatiza la importancia del respeto, la disciplina y el retribuir a la comunidad.
“Él siempre fue capaz de representar la cultura puertorriqueña”, dijo Bones. “… Cómo hacer todo con pasión, cómo hacer todo con valentía. Tratar de ser un buen compañero de equipo, ser un buen jugador. Al mismo tiempo, ser una buena persona una vez que te quitas el uniforme”.
Bones considera que cada día en el estadio es especial. El Día de Roberto Clemente hace que el juego sea aun más significativo.
“Me recuerda lo que él hizo por nosotros”, concluyó Bones. “Pudo abrir la puerta, estar en el Salón de la Fama y siempre ser alguien que nos representa de la manera correcta”.
Fuente: MLB.com